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#156 • Agosto 2019 Año X Arquitectura Curiosidades Modernista

Paraguay 894

por Enrique Espina Rawson / Fotos: Iuri Izrastzoff
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En los órdenes comunes de la vida, lo moderno es efímero. En la arquitectura pareciera que no. Consideremos en este caso el llamativo edificio de Paraguay y Suipacha.

Hubiéramos asegurado que corresponde a la década del 50, más exactamente llegando a los 60, que es cuando cambian las tendencias predominantes. Sin embargo, según todas las fuentes y testimonios consultados, es de un lejano 1939. Pero también, ¿por qué no? podría tener muchos menos años y nadie se asombraría.

La extraordinaria armonización de tendencias y estilos, ladrillo a la vista, ladrillos de vidrio translúcidos, ojos de buey, acero, líneas ondulantes y reminiscencias medievales que nos remiten a Gaudí, y por supuesto, la gravitación de Le Courbusier por sobre el todo, otorgan a este pequeño edificio características tan singulares como insólitas para la edificación urbana.

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En cada unidad hay notables detalles de terminación y personalización artesanal, como la iluminación y paneles divisorios, toques casi surrealistas que parecen salidos de la pluma de Dalí, y otros como los pisos de madera que podrían ser de una casa de aldea española.

Hoy -¡qué pena!- está un poco venido a menos -a pesar de una reciente puesta en valor- por falta de mantenimiento en general, que le hacen perder prestancia y menoscaban la luminosidad y alegría de su diseño original. El joven arquitecto catalán Antonio Bonet, llegado a nuestro país en 1936, junto a los arquitectos locales Horacio Vera Barros y Abel López Chas, son los responsables de este proyecto, destinado (curiosamente como en Posadas 1347 de nuestro número anterior) a “studios” o ateliers de doble altura que podían ser habitados, uniendo así lo profesional con lo personal.

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El mismo Bonet vivió unos años en una de las siete unidades que lo integran. Bonet conoció en el estudio de Le Corbusier a los argentinos Jorge Ferrari Hardoy y Juan Kuchan. Con ellos, y ya en Buenos Aires fundó el grupo Austral, que aunque no duró mucho en el tiempo, tuvo fuerte influencia en el medio.

Un diseño de ellos perdura hasta el día de hoy: la silla BKF, conocida y recreada en todo el mundo. En la foto de la terraza puede verse una de estas sillas. No faltará quien diga que las casualidades no existen, pero, como las brujas, que las hay, las hay…

Bonet realizó en nuestro país cantidad de importantes proyectos. En 1957 propuso uno destinado a remodelar el barrio de San Telmo, que, afortunadamente, no prosperó, pues hubiera significado el cambio de la fisonomía tradicional del viejo barrio porteño.

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Bonet falleció en 1989. No podemos cerrar estas líneas sin mencionar las ondulantes vidrieras de los locales de la planta baja, uno de los cuales fue ocupado durante décadas por la histórica Casa Vázquez, que vendió sombreros en el local de la esquina desde la misma inauguración de nuestro edificio, hasta 2012. Todo un anacronismo en estos tiempos que un día también encontró su final.

Mencionamos que esta joya de Buenos Aires fue declarada de Interés Histórico Arquitectónico Nacional por el Congreso de la Nación en 2008.

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