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#35 • Abril 2011 Año II Historia Personajes

Macoco

por Enrique Espina Rawson
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Por el sólo hecho de haber sido el inspirador de las famosa frase “Tirando manteca al techo”, Macoco de Alzaga Unzué, merecería figurar en la antología íntima de Buenos Aires. Pero claro está, que no fue sólo eso.

Pertenecía a la primera generación porteña que se volcó con entusiasmo a la práctica activa del deporte, inspirada en aquel fabuloso arquetipo que se llamó Jorge Newbery, primer ídolo popular de los incipientes “sportmens” argentinos.

No llegó a las alturas de este campeón inigualable, su mismo espíritu inconstante y aventurero se lo impedía, pero es bien cierta su afición al box y al automovilismo. Fue el primer corredor argentino en ganar un premio internacional, en Marsella.

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La vida errante y dispendiosa de este dandy de antaño, precursor de los “play-boys” está divertida y estupendamente narrada en “Tirando manteca al techo”, de Roberto Alifano.

Más que las fechas exactas, y la documentación fatigosa, hay un relato vital, comprometido con la simpatía y autoridad del personaje, que no impide, por cierto, la observación aguda e imparcial de desaguisados y tropelías de nuestro héroe.

Macoco fue, substancialmente, un hombre de la noche. Aquí, en París y en Nueva York. A la gente de su rango social, prefirió la aristocracia del carisma y del talento.

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Amigo de Gardel, de Edmundo Guibourg, de Enrique Cadícamo, de anónimos tangueros y de caminantes nocturnos, fue el niño mimado de su época y sus aventuras cobraron prestigio de leyenda.

En sus últimos años, una pretendida “amistad” con Perón, da lugar a unas páginas de antología, que parecen extraídas de la picaresca española y que no se pueden leer sin sonreir.

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FXBA no acostumbra hacer reseñas de libros. Este es un caso especial, ya que, en primer lugar está la historia menuda de una época de Buenos Aires, que es una de las constantes de nuestras notas.

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Luego, además de la época está el personaje, que sólo podrán aquilatarlo en sus reales dimensiones quienes se acerquen a estas páginas, que con afecto y arte, nos brinda Roberto Alifano, en su ya muy exitoso libro “Tirando manteca al techo”.

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