Fervor x Buenos Aires

Editorial #3

 

PAREN LAS DEMOLICIONES

Es muy sencillo: ante el hecho consumado, las acciones posteriores sucumben en la abstracción. Esta táctica perversa, que parece legitimarse en todas las áreas de poder, obedece a una suerte de “real-politik” que tanto se aplica a la tala de bosques, a la instalación de industrias contaminantes, al retiro subrepticio de fondos estatales o, como en este caso, a la demolición de edificios “protegidos”.

Ya hemos tocado este tema. ¿Protegidos por quién? Si aparece una cuadrilla de obreros un viernes a la tarde, y en cuarenta y ocho horas reducen a escombros una casa que ha estado allí por más de un siglo ¿de qué valen los recursos de amparo, las declaraciones o los lamentos?

Los obreros, desde ya, no son responsables, se limitan a realizar su trabajo, seguramente en malas condiciones tanto económicas como de seguridad. En la demolición, la máxima autoridad presente, es el capataz de la cuadrilla. Si se lo interpela y se le dice que el edificio está protegido por la ley número tal y cual, sólo responderá que cumple órdenes. Las órdenes las dio un señor que no está ni estará. Y así sucesivamente.

Lo lamentable que esta política no podría prosperar si no estuviera apañada por quienes debieran proteger el patrimonio y ser custodios fieles de nuestro acervo común, que no otra cosa es el paisaje urbano.

El Ministerio de Desarrollo Urbano, contrariando la normativa vigente, autorizó la demolición de la importante residencia ubicada en Estados Unidos 944. La Asociación Basta de Demoler se presentó ante el Juzgado Nro. 6 Contencioso, Administrativo y Tributario, a cargo de la Dra. Patricia López Vergara, y logró una medida cautelar que suspendió lo que se estaba haciendo. Además, el viernes 5 de marzo, y convocado por la Asociación mencionada, se realizó un abrazo simbólico al edificio. Las fotos que acompañamos, muestran que ya, el estado de deterioro causado por los obreros es prácticamente irreparable. Las puertas y ventanas que han sido arrancadas, ¿dónde fueron a parar? ¿Habrán destrozado las cañerías y las instalaciones sanitarias? La medida cautelar, que por supuesto aplaudimos ¿incluyó una verificación del estado en que se encuentra el edificio para impedir que, bajo cuerda, se lo siga desguazando?

Los artilugios y poderes del poder pesan más que los poderes de los pobres ciudadanos desposeídos.

Estos hechos no son causales ni pasan porque si. Atrás de todo esto hay empresas, hay intereses que ni siquiera se toman el trabajo de moverse en las sombras. Trabajan a plena luz y entran como Pedro por su casa en los encumbrados despachos desde donde se planifican todo este tipo de acciones.

 

Si la medida cautelar queda firme ¿quién se hará responsable por la autorización ilegal de demolición? ¿Alguien se hará cargo de los daños y los reparará? ¿Habrá alguna sanción para los responsables?

No quisiéramos serlo, pero somos escépticos al respecto. La ingenuidad no sirve. Tenemos esperanzas, y este hecho, de alguna manera las alimenta. Pero, si no se elabora una legislación de normas estrictas que sea respetada, no habrá solución duradera. Y sobre todo, debe cesar la impunidad, ya que, sin sanción no hay ley.—FXBA